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Cada mirada estrena el mundo

sábado, enero 31, 2009

Mark Tobey























El sueño de los peces

No puedo admitir que los sueños
sean privilegio de las criaturas humanas.
Los peces también sueñan
En el lago pantanoso, entre pestilencias
que aspiran a la densa dignidad de la vida,
sueñan con los ojos abiertos siempre.
Los peces sueñan inmóviles, la bienaventuranza
del agua fétida. No son como los hombres, que se agitan
en sus lechos estropeados. En verdad,
los peces difieren de nosotros, que todavía no aprendemos a soñar.
Y nos debatimos como ahogados en el agua turbia
entre imágenes hediondas y espinas de peces muertos.
Junto al lago que yo mandé cavar,
volviendo la realidad a un incómodo sueño de infancia
pregunto al agua oscura. Las tilapias se ocultan
de mi sospechoso mirar de propietario
y se resisten a enseñarme cómo debo soñar.

Lêdo Ivo-Brasil

viernes, enero 30, 2009

Antoni Guansé

















Del silencio

Cuando ella puso la mano de él
en su sexo intacto
y él usó su mano como quien roza
un fuego nunca prometido

Cuando ella lamió su ombligo
con aquella sed súbita y antigua
y él vió brillar sus nalgas
como una zanja de pedernal en la noche de la selva
ambos supieron que sus abuelos tenían razón.

La mayor pobreza está en las palabras.

Jorge García Usta-Colombia

jueves, enero 29, 2009

Michelangelo Merisi da Caravaggio

























San Mateo y el ángel

En la penumbra de una iglesia romana
me acerco a la oscuridad de un Caravaggio
donde Mateo recibe la visita
del ángel de la memoria. Entre las sombras
soy testigo de un encuentro memorable.

Jorge Montealegre-Chile

miércoles, enero 28, 2009

Luis Roibal


















Historia Griega

Noche ni con más noche se consuela. Después
que un árbol arrancado probó a con sus
sombras congraciarse ofreciendo a las pequeñas,
diarias muertes caramelos exilio
de nadie se ha hecho el verso:
hasta el estúpido oficio de leerle al tiempo
las líneas crueles de su mano se ha perdido.

Santiago Montobbio-España

martes, enero 27, 2009

Peter Lanyon

















Eso era amor

Le comenté:
—Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
—¿Te gustan solos o con rimel?
—Grandes,
respondí sin dudar. Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.

Ángel González-España

lunes, enero 26, 2009

Lucio Muñoz






















febrero 1956

…........................... en la noche, como

si se pudiese hallar un solo punto desierto donde

..................................................................detenerse
un espacio vacío

........................pero el corazón no se detiene.

André du Bouchet-Francia

domingo, enero 25, 2009

Antoni Angle
























Deconstruyendo el invierno

Cada año lo aprendes a pulso:
una semiótica del frío que el viento mete a la fuerza en tu cabeza
hasta que se te queda en la memoria—
un doloroso zumbido, el quejido del ojo de la cerradura.

La escarcha la tienes en la punta de los dedos.
Sus reglas son sencillas: un hielo negro quiere decir
que las aves débiles invariablemente declinan,
mientras que la escarcha blanca favorece el cuento de hadas
y premia la humildad con dádivas de madrina.
Pongamos por caso el jardín, donde unos marginalia deslumbrantes
pueden aparecer de repente sobre las hojas, desafiando la traducción,
y dónde la ventana del cobertizo—todo el año una transparente Cenicienta—
puede de repente publicar una obra de redacción compleja sobre los helechos raros.

El sentido queda codificado, demasiado profundo para cavarlo,
la forma prieta y arrollada como una amonita,
el muro del jardín una biblioteca entera
sobre la hermenéutica del caracol.
Con reconocimiento a Lawrence Stern,
la nieve ofrece al lector unos días de páginas blancas.

Una temblorosa canción del petirrojo, y ya está el mes de marzo.
Unos días calmos de Janos cuando indagas el rumbo de la bruma
en busca de un pero o de un y.
Sin embargo es cuando canta el mirlo desde el viburno que caes en la cuenta:
los carámbanos están derritiéndose en aquel tinca-tinca-tic.

Anna Crowe-Escocia

sábado, enero 24, 2009

Edward Hopper



















El mejor cigarrillo

Son muchos los que extraño
habiendo enviado mi último por la ventana de un carro
chisporroteando sobre el camino una noche, hace años.

El proclamado, desde luego:
después del sexo, las dos puntas luminosas
ya las luces de un mismo barco;
al final de una larga cena
con más vino aún por venir
y un anillo de humo trepando por un candelabro;
o en una playa blanca,
al tomar uno con los dedos aún mojados después de nadar.

Agridulces son estas puntualidades
de flama y pose;
pero los mejores fueron en aquellas mañanas
cuando tendría un algo que iba bien
en la máquina de escribir,
el sol brillando en las ventanas,
tal vez algo de Berlioz sonando al fondo.
Iría a la cocina por café
y de regreso a la página,
curvada en el rodillo,
encendería uno y sentiría
su carrera seca mezclada con el negro sabor del café.

Sería yo entonces mi propia locomotora,
dejando tras de mí mientras regreso a trabajar
pequeñas nubes de humo,
indicadores de progreso,
signos de industria y pensamiento,
la señal que le dijo al siglo diecinueve
que avanzaba.
Ése era el mejor cigarrillo,
cuando entraba humeando en el estudio
lleno de esperanza vaporosa
y de pie ahí,
el gran faro de mi rostro

apuntado hacia todas las palabras en líneas paralelas.

Billy Collins-E.U.A

viernes, enero 23, 2009

Amedeo Modigliani



















Con naturalidad transformaste

en sólida piedra un diseño en 3D
en el que paseas con un traje color caqui
por una explanada terracota, consciente
de cada organismo, químico u orgánico
que a tu lado proyecta una fina sombra.
Que mañana el traje sea negro
y la explanada terracota, nada cambiaría
ni aportaría alguna falla al sistema,
éste sin duda se regeneraría abriendo nuevas
arcadas y pequeños puentes a los zorros
que tendrían su única oportunidad
de destellar en la escena; a diferencia de tu traje,
y de quien no notaría su corte y su color.

Darío Rojo-Argentina

jueves, enero 22, 2009

Wassily Kandinsky



















“Bayreuth Eremitage”

Algas y conchas
Bajo estatuas de oro
Las columnas brillan en el sol como sal marina
La mujer de Lot huye por las alamedas.
El antro del misántropo
En la fina punta del agua
Las arañas alzan el vuelo friolento
Luego giran sin debilitarse
A menos que no se trate de coronas.
¿Qué precio debe pagarse por la paz de una lectura
Al abrigo del verdadero mundo
Sin saberlo los eremitas que roncan?

Las páginas tristes tiemblan bajo dedos entumecidos
Debajo de mi balcón lloran las fuentes
Y gente con peluca.

Xavier Hanotte-Bélgica

miércoles, enero 21, 2009

Edgar Degas






















Bailarina

La bailarina danzará esta noche
cubierta con un velo de tristeza
y un recuerdo perdido en la memoria.

Envuelta en delicadas transparencias
ondulará suave la cintura,
de los adufes recogiendo el eco
con el ritmo sensual de sus caderas.

El aire con los brazos peinará,
como dedos de luz entre las dunas,
dibujando palmeras sobre el cielo
hasta agotar el licor de la ausencia.

Más tarde, en el crepúsculo del cuarto,
reflejada en la llama azul del cobre,
infeliz dormirá, agotada y sola.

Basilio Rodríguez-España

martes, enero 20, 2009

Eugène Leroy























Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco:

a quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro
y al que le hace desprecios enriquezco;

si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí ofendido
y al padecer de todos modos vengo;

pues ambos atormentan mi sentido;
aquéste con pedir lo que no tengo
y aquél con no tener lo que le pido.

Sor Juana Inés de la Cruz -México

lunes, enero 19, 2009

Gerardo Rueda






















Nocturno de la estatua
A Agustín Lazo

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño».

Xavier Villaurrutia-México

domingo, enero 18, 2009

Giorgio de Chirico















Doble fondo

En el sueño esperamos un barco.
Tomamos un jugo de sabor a maní, sobre una
mesa que cojea.
La angustia crece con la tarde
y una mujer no hace más que escribir,
concentrada sobre un cuaderno infantil, lo que
sucede.
Todo en el sueño es inquietud,
un túnel borroso hacia la mañana y la
llamada inaugural desde los muelles. Nada tan
importante como esa función, pienso en el sueño:
anotarlo todo, todo, hasta la exasperación - mi mirada turbia,
las correas gastadas del bolso en un rincón de
la habitación-.
Acaso veo -en el sueño y despierta-
como me fragmento y a la vez me congelo, en una
imagen sin otro esplendor que sus leyes geométricas,
un mundo en donde la mujer
no levantará los ojos para ver mi terror
convertido en guirnaldas de despedida
o en plegarias. Un lugar que usa la pasión como
un objeto movible -un cielo abierto, lechoso-,
una frontera.

Paulina Vinderman-Argentina

sábado, enero 17, 2009

Cati Olives






















Decisión

Me gusta amar así ávidamente
hoguera terremoto tempestad
sobre tu mayor tranquilidad

ventosa universal nadando leve
el cielo se precipita de mi sexo

entraña nervio corteza voltaje
arrastro los horizontes de la ciudad

cautelas seguridades subsuelos
perdonen si me desnudo de repente
y me encamino al mar sin dar respuesta

Lucila Nogueira-Brasil

viernes, enero 16, 2009

Emilio Sánchez Perrier
























Panorama

Bajo de mi ventana, la luna en los tejados
y las sombras chinescas
y la música china de los gatos.

José Juan Tablada-México

jueves, enero 15, 2009

Salvador Dalí






















Retrato

Yo no tenía este rostro de hoy,
tan calmo, tan triste, tan delgado,
ni estos ojos tan vacíos,
ni este labio amargo.

Yo no tenía estas manos sin fuerza,
tan detenidas y frías y muertas;
yo no tenía este corazón
que ni se muestra.

Yo no advertí este cambio,
tan simple, tan cierto, tan fácil:
¿En qué espejo se perdiómi imagen?

Cecilia Meireles-Brasil

miércoles, enero 14, 2009

Pablo Ruiz Picasso























Josie Bliss

Color azul de exterminadas fotografías,
color azul con pétalos y paseos al mar,
nombre definitivo que cae en las semanas
con un golpe de acero que las mata.

Qué vestido, qué primavera cruza,
qué mano sin cesar busca senos, cabezas?
El evidente humo del tiempo cae en vano,
en vano las estaciones,
las despedidas donde cae el humo,
los precipitados acontecimientos que esperan con espada:
de pronto hay algo,
como un confuso ataque de pieles rojas,
el horizonte de la sangre tiembla, hay algo,
algo sin duda agita los rosales.

Color azul de párpados que la noche ha lamido,
estrellas de cristal desquiciado, fragmentos
de piel y enredaderas sollozantes,
color que el río cava golpeándose en la arena,
azul que ha preparado las grandes gotas.

Tal vez sigo existiendo en una calle que el aire hace llorar
con un determinado lamento lúgubre de tal manera
que todas las mujeres visten de sordo azul:
yo existo en ese día repartido,
existo allí como una piedra pisada por un buey,
como un testigo sin duda olvidado.

Color azul de ala de pájaro de olvido,
el mar completamente ha empapado las plumas,
su ácido degradado, su ola de peso pálido
persigue las cosas hacinadas en los rincones del alma,
y en vano el humo golpea las puertas.

Ahí están, ahí están
los besos arrastrados por el polvo junto a un triste navío,
ahí están las sonrisas desaparecidas, los trajes que una mano
sacude llamando el alba:
parece que la boca de la muerte no quiere morder rostros,
dedos, palabras, ojos:
ahí están otra vez como grandes peces que completan el cielo
con su azul material vagamente invencible.

Pablo Neruda-Chile

martes, enero 13, 2009

Pierre Alechinsky





















Llevar un espejo

Es más una carga que una ventaja
la gente se hiere en él
y él
no nos devuelve nada más que el paisaje

No nos devuelve lo que él retuvo:
el viento en las copas
el ladrido de los perros
la charla en la sala
ruidos
sin los cuales
no habría tardes ni mañanas

Ferreira Gullar-Brasil

lunes, enero 12, 2009

Gwen John























Libertad en la cama

Todos los días salgo de la cama
y digo adiós a mi compañera.
Vena: cuando me pongo
los pantalones,
me quito
la
libertad.
Cuando llega la noche, otra vez
vuelvo a la cama y duermo.
A veces sueño que me llevan con las manos atadas,
pero entonces me despierto y siento la oscuridad,
y, con el mismo valor, el cuerpo de mi mujer y el mío.

Antonio Gamoneda-España

domingo, enero 11, 2009

Manuel Hernández Mompó






















Compensación

La palabra lucha nos viene ya grande

Nuestras pequeñas traiciones nos bastan
para seguir avanzando
casi sin esfuerzo

Victorias a montones
que acaban en una dulce derrota

¡La cama tiene tantas patas!
¿Quién sería capaz
de aserrarlas todas a un tiempo?
¡Tantas prebendas!
¿Quién se desprendería de ellas
de la noche a la mañana?

Entre somníferos y amfetaminas
todas esas diferencias
entre putas de izquierdas y de derechas
desbordan a veces
mi capacidad de discernimiento

La mayor tentación es quizá la de
acurrucarse y esconderse
donde no llegue la luz

La menor
leer la «Dialéctica negativa»
sin perder de vista el mercado de colocaciones.

Ser de tal manera bisojo
lo reputo agobiador
A veces pienso con toda modestia
que soy un cíclope

Entonces dejo que suene el teléfono
días enteros

Hans Magnus Enzensberger-Alemania

sábado, enero 10, 2009

Rita Rutkowski






















Postales en un sobre

Tomaron un pequeño apartamento
al calor de la historia que empezaba
en un pueblo radiante de la costa.
Las familias miraban de reojo
su dulce suficiencia,
su ambigua cercanía cuando tomaban sol,
los leves empujones en la orilla
de muchachos buscándose en el juego,
la risa incontrolable,
el júbilo de luces y de compras
los días de mercado
y un remolino oscuro de murmullos
se levantaba al paso como una nube torda.

En sólo quince días avivaron
contrarios sentimientos, un ascua adormecida
y una imagen inquieta de la felicidad.

Recordarían de aquello más que nada,
muchos años después, en su país del norte,
la coartada airosa de su idioma
para hablar de deseo sin entenderles nadie,
las noches enlazadas de sus cuerpos
con las marcas blanquísimas de los trajes de baño
y un sobre con postales de vocación turística
que guardaron por siempre como un talismán:
el farero viejo cortando caña,
la junta de los bueyes en la plaza del pueblo
y una chica en biquini diciendo okey.

Luis Muñoz-España

viernes, enero 09, 2009

Esteban Vicente






















Ajedrez

hablo de vos
con varias personas
a la vez
como en partidas
simultáneas de ajedrez

Rodolfo Edwards-Argentina

jueves, enero 08, 2009

José Alfonso Morera Ortiz
























Arena:

Dos palabras
se resisten al tiempo
en una acción,
en una hora.

Sí, el paso del tiempo
es un estado mental y
dos caras en una moneda.

Dos espacios para
dos rostros:
un sótano y un cielo.
Personajes
en una misma historia.

Sí, alguien lanzó la moneda
al aire y se aleja.
Mira el reloj: son las dos de la mañana.

Mª José Mora-España

miércoles, enero 07, 2009

Toulouse-Lautrec






















II

Yo.
Con el hueco blanquísimo de un caballo,
crines de ceniza. Plaza pura y doblada.

Yo.
Mi hueco traspasado con las axilas rotas.
Piel seca de uva neutra y amianto de madrugada.

Toda la luz del mundo cabe dentro de un ojo.
Canta el gallo y su canto dura más que sus alas.

Yo.
Con el hueco blanquísimo de un caballo. Rodeado
de espectadores que tienen hormigas en las palabras.

En el circo del frío sin perfil mutilado.
Por los capiteles rotos de las mejillas desangradas.

Yo.
Mi hueco sin ti, ciudad, sin tus muertos que comen.
Ecuestre por mi vida definitivamente anclada.

Yo.
No hay siglo nuevo ni luz reciente.
Sólo un caballo azul y una madrugada.

Federico García Lorca-España

martes, enero 06, 2009

Claude Oscar Monet
















Paréntesis

nadie despidiéndome
no estábamos de acuerdo
no les parecía que yo viajara

nadie dándome la bienvenida
por qué me la darían
yo no me consideraría en destino

compañeros de viaje
que no hacen el mismo viaje
sonríen y yo les sonrío de vuelta

ni siquiera cuando compro café
me quito los audífonos

puesto que sé lo que cuesta

por cada mentira adquirida
consigue algo a que llamar verdad

el tiempo una invención
pero el viaje verdadero
en todo caso el vivido

nadie dándome la bienvenida
por qué me la darían
yo no me consideraría en casa

Daniel Boyacioglu-Suecia

lunes, enero 05, 2009

Jackson Pollock











Los maniquíes de Munich

La perfección es terrible, no puede tener niños.
El frío como el aliento de nieve, ataca el útero.
Donde los árboles de tejo bufan como hidras,
El árbol de la vida y el árbol de la vida
Desatan sus lunas, mes tras mes, sin propósito.
La inundación de sangre es la inundación de amor,
El absoluto sacrificio.
Significa: no más ídolos para mí,
Yo y tú.
Así, en su amabilidad azufrada, en sus sonrisas
Estos maniquíes se reclinan esta noche
En Munich, depósito de cadáveres entre París y Roma,
Desnudos y raídos en sus pieles,
Colgajos naranja sobre estacas plateadas,
Intolerables, sin mente.
Las pizcas de nieve, sus pedazos de oscuridad,
Nadie en torno. En los hoteles
Las manos estarán abriendo puertas y quitándose
Los zapatos para un pulimento de carbón
Dentro de los cuales anchos dedos del pie vendrán mañana.
¡Oh! La domesticidad de estas ventanas,
El encaje para niño de pecho, las confituras de hojas verdes,
Los corpulentos alemanes durmiendo en su insondable Stolz.
Y los negros teléfonos sobre ganchos
Relucientes
Relucientes y digeribles
Mutismo. La nieve no tiene voz.

Sylvia Plath-E.U.A

domingo, enero 04, 2009

María Luisa Pérez Pereda























En el mundo interpretado I


Cuerpo cierto y sombra equivocada,
la luz es también la soledad del ojo
y lo contemplado.
Mas ¿hasta cuándo?
Hasta que la lluvia descienda a la nube
y la luna abandone su órbita legendaria.

Álvaro Rodríguez-Colombia

sábado, enero 03, 2009

Herbert Boeckl














Parada de autobús

Un negro sol brilla en la noche.
Velamos.
El fin de los sueños
Se aproxima.

Lo que no cabe en grandes palabras
Se nos presenta en lo más grande.
Un sapo, por ejemplo,

Aplastado, y arriba las estrellas,
Las voces de borrachos
En el parque junto a la ronda.

Dejémonos atrás.
Ágiles, mas sin alas,
Enviamos señales por las calles heladas.

Nada se ha consumado.
En la oscuridad, calladas y jadeantes,
Nos cruzamos con las Gracias,
Tres viejas carcamales
En la flor de la vida,
Ardientes y como las ranas
Croando
Ante la charca del frío pecado

Y no nos ven.


Stefan Hertmans- Bélgica

viernes, enero 02, 2009

Roberto Matta





















Strata

Cerebro de lagarto con mente de víbora que desenrolla el aguijón hacia arriba por el tronco, para alzarse a través de los perímetros del pensamiento transformados en lo contrario de aquello que el pensamiento rechaza, enfocado en las sombras presentes cubriendo la embestida del cerebro de lagarto con mente de víbora que se desenrolla en la jungla del pensamiento a través de las ramas entrelazadas por encima de la base escurridiza, transformadas por aquello que presiona a lo largo de la estampida, un silbido de apetito transmitido por medio de redes enterradas de cerebro de lagarto que enlaza su mente mesozoica alrededor de un orden presente e ignorante de aquello que se escabulle succionando lodo y rasguñando escaleras sobre perímetros de pensamiento que no piensa, que no tiene mente ni impulsos eléctricos e incodificados, superficie calculada y controlada por el cerebro de lagarto con mente de víbora que se agita en un latigazo sin palabras, sacudidas dentro del lenguaje que se encorva y se rompe, la mentira en los ojos de aquellos que huirían de las mentes mentales porque a los que tienen mente de reptil lo mismo les da hundirse que observar, codificados nocturnamente en vagas imágenes reflectivas que se filtran del cerebro de lagarto con suavidad y una gracia reptil resplandeciente.

Paul Dutton-Canadá

jueves, enero 01, 2009
























HERÁCLITO
.
El segundo crepúsculo.
La noche que se ahonda en el sueño.
La purificación y el olvido.
El primer crepúsculo.
La mañana que ha sido el alba.
El día que fue la mañana.
El día numeroso que será la tarde gastada.
El segundo crepúsculo.
Ese otro hábito del tiempo, la noche.
La purificación y el olvido.
El primer crepúsculo...
El alba sigilosa y en el albala zozobra del griego.
¿Qué trama es éstadel será, del es y del fue?
¿Qué río es éstepor el cual corre el Ganges?
¿Qué río es éste cuya fuente es inconcebible?
¿Qué río es ésteque arrastra mitologías y espadas?
Es inútil que duerma.
Corre en el sueño, en el desierto, en un sótano.
El río me arrebata y soy ese río.
De una materia deleznable fui hecho, de misterioso tiempo.
Acaso el manantial está en mí.
Acaso de mi sombra
surgen, fatales e ilusorios, los días.
.
José Luís Borges
Argentina
.

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